Ante una situación de estrés tenemos que aprender a lidiar con la fuente que lo provoca. Debemos de:
Eliminar el problema. Cuando uno tiene una fuente de estrés debe, si es posible, eliminarla.
Interpretarlo adecuadamente. A veces sufrimos de estrés sin
motivo.
Informarnos. Mucha gente se estresa ante la posibilidad de utilizar tecnologías avanzadas y se niega a formarse. Nadie nace aprendido. Sería mejor pensar que si otro puede hacerlo, también nosotros, aunque nos lleve más tiempo.
Por lo mismo, ante una enfermedad, será mejor contar con toda la información posible.
Controlarnos. Si nos podemos evitar el estrtés, tratemos de disfrutar del ocio, el deporte y aprendamos a relajarnos solos o con la ayuda de un terapeuta.
Freud definió los mecanismos de defensa como estrategias utilizadas por el Yo para eliminar las tensiones.
Cuando algo nos provoca estrés todos tendemos a recurrir a éstos mecanismos. He aquí los más importantes:
Regresión. Vuelta a una fase anterior.
Represión. Lo que no se puede lograr se mantiene fuera de la conciencia y uno no es consciente de que lo ha reprimido.
Desplazamiento. Un caso: cuando nuestro jefe nos pone de los nervios y, en vez de gritarle a él lo que no sería acertado, gritamos a nuestra pareja.
Racionalización. Buscamos una explicación que nos resulte lógica y la creemos.
Proyección. Quien en realidad tiene un fuerte deseo sexual puede ver a los demás como obsesionados por el sexo.
Actitudes reactivas. Puede ocurrir que un impulso que percibimos como peligroso nos lleve a lo opuesto.
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